Add parallel Print Page Options

Sobre él revoloteaban poderosos serafines de seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con otras dos se cubrían los pies y con dos volaban. En gran coro antifonal cantaban:

―Santo, Santo, Santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.

¡Qué tremendo canto! Hizo temblar el templo hasta sus cimientos, y súbitamente todo el santuario se llenó de humo.

Read full chapter